La Consecuecia.

2.023.

LA CONSECUECIA.

Todo cambió. Y, fue en muy poco. Los pequeños y no tan pequeños, sucesivos acontecimientos que fueron dando paso y entrelazando en nuestra vida de manera en apariencia tranquila; es más yo si lo quisiera apreciar como espectador creo que no hubiese notado gran cosa.
Contado sencillamente, y exento de toda la parte que aportan los sentimientos encontrados y la incertidumbre. No obstante todo esto y otros síntomas que lo precedieron e hicieron aparición de forma inadvertida, como los ladrones subrepticiamente se instalo de un día para otro el miedo en nuestra vida hasta ahora con sus pequeños o grandes sustos ya superados, lo suficientemente como para formar parte de nuestras rutinas.
Porque, él es protàgonista de nuestra, nuestras vidas; como ya he contado se manifestó, hizo acto de presencia, y se instaló en nuestra butaca preferente que todo lo ve, sopesa e indaga y, desde ese neurálgico punto se apodera de tu estancia preferida. Sí, ésa con tu butaca, qué tiene tus medidas, que no es ni la más bonita ni la mejor situada las más de las veces y en la que en buenos, regulares y ya no digo malos momentos es tú refugio. Qué muchas veces te la traes de casa de tus padres y guste o no a tu digamos compañero/a, no vayamos a éstas alturas a tener un tropezón con el LGTIB, sólo nos faltaría éso cuando en nada, cuatro días,le damos el pase de pecho a la Navidad. Comiéndonos un buen trozo de Roscón de Reyes con Haba y sorpresa versión sin nata como toda la vida. E infusión, mantita y gato – yo no, yo tengo un canario-, la partida está perdida.


Ya que éste sentimiento, el miedo, es la negación del ser humano como ente civilizado y civilizador.

Todo cambia en tu vida o en la de un, unos. Si te atrapa, te va envolviendo, te reduce y se introduce en tì sin más. Poco a poco cual » poisson que no poison» va invadiendo todo tu entendimiento racional o científico de tal forma que sólo la desaparición de la causa o su conocimiento total, y asunción de él; puede hacerte libre de nuevo, integrándolo a esa parte de tí esencial; para vivir en el territorio donde habita la incertidumbre, con la que por cierto va de la manita la muerte. Que, por otro lado, es la única certidumbre que tenemos de verdad. Y ya nos encontramos, así de bruces con la gran paradoja del ser humano. Lo que te mata no es la muerte física es el miedo a morir. Que te devuelve a un estado animal que reconoce pero no se plantea ninguna posible salvación por toda esa maraña de engaños, auto justificantes… Dioses, mancias, tabúes y demás extràtagemas que el acervo cultural desde el principio de los tiempos nos ha ocupado y preocupado. Su inexorable aparición de la que el tiempo se puede hacer amigo o irreconciliable enemigo.
Pues ése sí, el miedo se apoderó de nuestras vidas… Sucedieron cosas…y sorpresas y más miedo y se fue apoderando de nosotros. Se llevó sueños, salud , amistades y seguía instalado en casa como tanto que otros que tenían miedos parecidos o no tan parecidos también se tomaron la libertad de instalarse y llegar a exigir su sitio en casa. Te asustaba estar dentro y cada vez más salir a la calle por no se qué mecanismo que hace que te fuches, cambies de ropa …. Haga lo que hagas no desaparece…. Hasta que vas al Chaman o médico de los miedos y sea capaz de exorcizar esta dolencia que además hace que enfermen otros que están viviendo contigo.
Y eso es lo que sucedió.
Tengo un Canario, se llama Caruso llegó a mi vida para darme luz, alegría… Como terapia de otro robo de identidad a causa del miedo que padecì hace años. Digamos que aunque no lo parezca yo, porque Caruso es mi canario aunque su alegría hecha de trinos y cantos no tiene dueños sólo felices receptores. Con toda la avalancha de miedos propios y ajenos en casa se cambiaron las rùtinas y la música dejo de soñar. No toda ni todo el tiempo pero ya no formaba parte de nuestros hábitos diarios.
Hace más o menos un año Caruso dejo de cantar y pensamos que cuando cambiara la pluma en Navidades como solía hacer cada año sus trinos y gorgoritos volverían a casa como » El almendro en Navidad».
Pero no fue así y esperando un mes para otro, cambiándole la dieta y otros pequeños remedios…. Fue pasando el año y Caruso se ponía mejor más gordito. Hablaba mucho y en fin parecía que estaba bien y así lo acepte contenta. Por lo que fuese mi querido saquito de plumas no iba a volver a cantar y ya está. Con estas estábamos y el día de Nochebuena se me dio por poner música de Navidad. Y eso significa unas determinadas piezas muy queridas por todos. Con un aparato heredado de mi hija que ves cassette, radio y CD. Busque q Fennell Conducts. Y clásicos populares. Sólo esos dos luego vendrían otros pero diferentes de la música melodica, en estas fechas la música clásica marida mejor con los platos navideños y el estado de ánimo necesario para nosotros.
Empecé a cocinar un día antes de Nochebuena. Y me cundió. La mañana de ese día tenía que cocinar la comida de Navidad, para al día siguiente sólo ultimar, calentar y servir. Y me acordé , mejor dicho antes de ponerme a la produccion, le arregle la casita a Caruso. Y ya tenía los dos Compac Disk listos así que puse a Fennell…. Y comprobé que sonaba y creí oír un Pío…. Pero no atendí. Cerré la puerta y me fuí a la cocina me preparé y me olvidé de todo.
A eso de la una del mediodía vinieron a decirme que fuese al saloncito y aproveché para hacer un descansillo antes de terminar y ponerme a recoger.
Cuando entré no lo oí. Mi cabeza venía pensando en una rectificación a una salsa que no me acababa de convencer, pero poco a poco en mi, penetraron nítidos y vigorosos los trinos de Caruso.
Cantaba, como yo, ya no recordaba ni esperaba volver a escuchar. Estuvo cantando hasta las cuatro de la tarde más o menos.
Cuando en casa entro el miedo como un ladrón, a medida qué se iba adueñando de nosotros desplazò a la música, la clásica con la que un Caruso muy, muy joven aprendió a moldear su voz.
Cuando esa música ha vuelto sus alegres trinos han vuelto. Porque la semana que va de el día de Nochebuena a El Concierto de Año nuevo, ha estado escuchando a ratos música clásica.

Aún no me lo creo. Sabía del poder sanador de la música y de la importancia que siempre ha tenido en nuestra familia, pero lo que hemos vivido con nuestro pequeño amigo; si no lo oigo no lo creo. Q, un pajarito pudiese perder su canto por ser privado de la música que ha sido la primera y más determinante, de lo que deduce, es la esencia de su canto. » Qué humildes tenemos que ser con todos los animales si aceptamos la teoría Darwiniana de La Evolución De Las Especies, y más concretamente, la especie humana.

( 2- 01- 2023 ) A Coruña. Aún en Fonteculler.
Margarida C.